lunes, 26 de abril de 2010

"Adelante" A la feria del libro




Se respiraba el calor de la tarde. La larga fila de gente se extendía 10 metros hasta tener de mirador una enorme carpa blanca. Era una carpa secundaria y de protesta, unos libros en apoyo al último movimiento social.

Un agudo “adelante” inquietaba a todos los visitantes: enunciado, caminas, compras, recoges y… cruzas la calle alejándote de la esperada puerta. El cargar con cuadernos y bolígrafos en una mochila de considerable tamaño incomoda, en ese momento, más que las luchas diaria en la unión de vagones naranja.

El proceso se asemeja: enunciado, caminas, entregas, recoges y… cruzas la calle, ahora, rumbo a la bodega de tinta y papel. No sólo es un anecdótico recinto de agradables estancias y fresco ambiente; en ese momento es el resguardo de la lectura, las presentaciones, las conferencias y los libros.

Se puede caminar sin dirección fija, de arriba abajo, de abajo a la izquierda, por temas o pausas. Por gusto o por obsequios. Todos caminan de acuerdo a sus intereses: los autógrafos, disimular su cansancio sentándose en la conferencia más cercana, la rebaja del tercer stand.

Muchos se concentran en la entrada. El orgullo del escudo azul-dorado invita a observar despacio. A detenerse en las novedades o espiar con emoción las páginas escritas por uno de sus profesores. Luego de eso, comienza el verdadero laberinto de paredes blancas y folletos multicolor.

Se revisan elementos fundamentales en cada semáforo: editorial, títulos, precio. A partir de lo anterior deciden seguir el verde o estacionarte algunos minutos más. Desde los best-seller en forma piramidal e iluminados por focos ahorradores, hasta los siempre habitantes de bodegas que se cambian de posición con cada mano exploradora.

Algunos pasean con bolsas grandes y pequeñas, otros con pequeños hijos y grandes esperanzas de que aprovechen la última innovación de páginas desplegables. Si cada paquete hablara, gritaría los más íntimos secretos de su poseedor; desde las últimas compras a las últimas revistas de regalo.

La feria ofrecía eventos especiales en funciones programadas, encuentros con personajes famosos, juegos de subir y bajar con alta adrenalina, pasadizos oscuros o iluminados con sorpresas al paso y, sobre todo, algodones de tinta y papel.

Luego de saborear aromas y texturas se respira el calor de la noche. La carpa blanca sigue en el mismo lugar, pero ahora el proceso se invierte: cuzas la calle, recoges, entregas, caminas y enuncias tu opinión rumbo al stand naranja más cercano.


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