lunes, 26 de abril de 2010
De la idea al libro
que a tu deleite consagro,
y sólo tienen de buenos
conocer yo que son malos,
ni disputártelos quiero,
ni quiero recomendarlos,
porque eso fuera querer
hacer de ellos mucho caso.
No agradecido te busco:
pues no debes, bien mirado,
estimar lo que yo nunca
juzgué que fuera a tus manos.
En tu libertad te pongo,
si quisieres censurarlos;
pues de que, al cabo, te estás
en ella, estoy muy al cabo.
Fragmento de Al lector de Sor Juana Inés de l Cruz.
Se ha tratado el papel del editor como personaje principal en la selección, producción y publicación de un libro; y es en el primer proceso de selección en donde la creación abre paso. Dentro de los primeros pasos del editor se encuentra con la obligación de asumir el rol de promotor cultural y hombre de negocios a la par: vender algo de calidad cultural.
Al discriminar manuscritos el editor se enfrenta a todo un manual de lo que debe y no debe ser o tener un posible texto a publicar luego de ser registrado. ¿Qué se evalúa en un manuscrito? La temática, la extensión del libro y si puede considerarse dentro del proyecto editorial (de acuerdo a planes y situación económica).
Los anteriores puntos engloban las categorías a considerar; sin embargo para llevar a esta generalización se necesita una serie de lecturas y la opinión de especialistas o consultores, los cuales tienen la capacidad de aconsejar o darle auge a libros representativos.
Dentro de este primer proceso para la publicación de libros, el editor debe considerar: las posibles reacciones del público, las opiniones de editores especializados, la opinión de consultores, así como proyectar la visión de los departamentos de producción, finanzas y mercadotecnia.
El manuscrito puede llegar a la editorial por 4 razones fundamentales: por la recomendación de los distintos departamentos. Por los buscadores de libros, los cuales deben estar atentos a los lanzamientos; por premiso entre editoriales, o bien, premios a manuscritos no publicados. Y finalmente los agentes literarios, quienes trabajan para el editor.
En este último punto cabe destacar la elaboración de textos por encargo; aquellos en donde el editor puede aportar ideas primarias.
El último aspecto fundamental en el primer proceso es el financiamiento para el desarrollo editorial. Desde los egresos: el anticipo de pago a los autores, al personal de planeación y el sistema de préstamos. Mientras que la programación de necesidades abarca los ingresos y egresos que deberá proyectar la casa editorial.
Lo anterior debe considerarse en la relación que se establecerá entre el proceso editorial y la planeación de ventas: definición del público, libros por suscripción, entre otros.
Pero todo eso no sirve,
pues pensarás que me jacto
de que quizá fueran buenos
a haberlos hecho despacio;
y no quiero que tal creas,
sino sólo que es el darlos
a la luz, tan sólo por
obedecer un mandato.
Esto es, si gustas creerlo,
que sobre eso no me mato,
pues al cabo harás lo que
se te pusiere en los cascos.
Y adiós, que esto no es más de
darte la muestra del paño:
si no te agrada la pieza,
no desenvuelvas el fardo.
Fragmento final de Al lector de Sor Juana Inés de l Cruz.
"Adelante" A la feria del libro
Se respiraba el calor de la tarde. La larga fila de gente se extendía 10 metros hasta tener de mirador una enorme carpa blanca. Era una carpa secundaria y de protesta, unos libros en apoyo al último movimiento social.
Un agudo “adelante” inquietaba a todos los visitantes: enunciado, caminas, compras, recoges y… cruzas la calle alejándote de la esperada puerta. El cargar con cuadernos y bolígrafos en una mochila de considerable tamaño incomoda, en ese momento, más que las luchas diaria en la unión de vagones naranja.
El proceso se asemeja: enunciado, caminas, entregas, recoges y… cruzas la calle, ahora, rumbo a la bodega de tinta y papel. No sólo es un anecdótico recinto de agradables estancias y fresco ambiente; en ese momento es el resguardo de la lectura, las presentaciones, las conferencias y los libros.
Se puede caminar sin dirección fija, de arriba abajo, de abajo a la izquierda, por temas o pausas. Por gusto o por obsequios. Todos caminan de acuerdo a sus intereses: los autógrafos, disimular su cansancio sentándose en la conferencia más cercana, la rebaja del tercer stand.
Muchos se concentran en la entrada. El orgullo del escudo azul-dorado invita a observar despacio. A detenerse en las novedades o espiar con emoción las páginas escritas por uno de sus profesores. Luego de eso, comienza el verdadero laberinto de paredes blancas y folletos multicolor.
Se revisan elementos fundamentales en cada semáforo: editorial, títulos, precio. A partir de lo anterior deciden seguir el verde o estacionarte algunos minutos más. Desde los best-seller en forma piramidal e iluminados por focos ahorradores, hasta los siempre habitantes de bodegas que se cambian de posición con cada mano exploradora.
Algunos pasean con bolsas grandes y pequeñas, otros con pequeños hijos y grandes esperanzas de que aprovechen la última innovación de páginas desplegables. Si cada paquete hablara, gritaría los más íntimos secretos de su poseedor; desde las últimas compras a las últimas revistas de regalo.
La feria ofrecía eventos especiales en funciones programadas, encuentros con personajes famosos, juegos de subir y bajar con alta adrenalina, pasadizos oscuros o iluminados con sorpresas al paso y, sobre todo, algodones de tinta y papel.
Luego de saborear aromas y texturas se respira el calor de la noche. La carpa blanca sigue en el mismo lugar, pero ahora el proceso se invierte: cuzas la calle, recoges, entregas, caminas y enuncias tu opinión rumbo al stand naranja más cercano.